Estimados amigos Les ruego firmar esta campaña mundial para de una vez unir las fuerzasnecesarias para poner fin a los grandes amenazas contra los últimos indígenasautónomos en la amazonia, nombrados aislados y nocontactados. AIDESEP ya firmó la campaña como institución, pero también es importante que cada persona pongansus firmas también, tanto firmas institucionales como personales. El tiempo nosesta escapando para salvar a estos pueblos, y creo que ahora todos debemosunirnos y prestar aun más atención a este tema tan urgente. Es ahora o nunca, ylos esfuerzos del movimiento indígena de la Amazonía peruana es clave para eléxito en esta lucha.Enviar nombre y apellido, ocupación y país de origen al correo electronico endefensadelospueblosaislados@yahoo.com.ar
Vea aquí la campaña:
CARTA ABIERTA EN DEFENSA DE LOS PUEBLOS INDIGENAS AISLADOS
Brasilia, 15 de diciembre de 2010
Trabajé más de cuatro décadas en la selva amazónica. Hace cinco años, convoquéal primer encuentro internacional en defensa de los pueblos indígenas aislados.Nos reunimos en Belem do Pará y allí propuse la creación de una AlianzaInternacional para su protección. Digo sin angustia pero con claridad: hemosavanzado muy poco en ese sentido. Siento que la urgencia de entonces, se volvióhoy una amenaza definitiva: los pueblos aislados y sus territorios están enriesgo como nunca antes.
En los últimos cinco años, he visto intereses para sacar a los aislados de sustierras y permitir así la invasión de empresas petroleras o mineras; he vistocómo se firman decretos y otorgan concesiones para explotar recursos naturalesen zonas donde habitan estos seres humanos; he visto indígenas muertos operseguidos por defender sus derechos; he sentido que seguimos considerando a laAmazonia y a los indígenas como un obstáculo a las estrategias de desarrollo,como la que encarna la Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana.Represas, carreteras, puentes están siendo construidos en la Amazonía, sinproponer acciones que de manera efectiva protejan los derechos de estos pueblos,y si persisten estas actitudes, el destino de los aislados ya está determinado yellos desaparecerán.
No podemos quedar indiferentes ante este drama. Es tiempo de reaccionar y quelos estados, los gobiernos, las empresas, los organismos internacionales, las iglesias, todos, brinden garantías de cuidado a los derechos humanos de lospueblos aislados de la Amazonia. Es un deber de conciencia y un imperativomoral. No pido que detengan sus planes de gobierno, reclamo sí que una parte de lo que gastan en obras de infraestructura y las inversiones en industrias extractivas la usen para preservar verdaderamente a los aislados de todaviolencia.Si como los gobiernos dicen, estos planes y obras son para vivir bien y tenerbienestar, que incluyan a los aislados dentro de esos beneficios. Ellos sóloquieren asegurar sus territorios.
Protejamos eso. Que ellos no paguen con susvidas o con su desarraigo, como siempre ha sido, la falta de acciones sincerasde protección a sus derechos que además están consagrados en las leyes y en lostratados internacionales.Si está a punto de inaugurarse ahora la primera carretera interoceánica de Sudamérica a través de la selva, el hecho que los pueblos indígenas aislados nosean más perseguidos o sacados de su territorio sería la mejor prueba de responsabilidad y respeto que podríamos dar.
En el tramo entre Assis Brasil, enel Acre, y Puerto Maldonado, en Madre de Dios, en el Perú, una zona que colindacon Pando en Bolivia, los camiones pasarán incesante y peligrosamente muypróximos a territorios poblados por ellos. ¿Qué haremos para que esto no signifique mas amenaza a la vida y más devastación del bosque?
Es nuestra oportunidad para cambiar la historia para siempre, y evitar que llegue la hora fatal, la hora 25, cuando ya no se puede hacer nada más.La situación es crítica y todos deberíamos unirnos. No podemos permitir que unaparte de la humanidad se extinga. Los aislados tienen que vivir. Son nuestraesencia más pura, nuestro impulso más vivo. Un mundo sin ellos no valdría lapena y en el futuro no habría perdón para una tragedia tan grande que noshacemos contra nosotros mismos y el planeta.Sincera y afectuosamente,
Sydney Possuelo
Adhesiones
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